La sorprendente relación entre los atracones de comida y el TDAH
Sin que algunas personas lo sepan, el TDAH también puede contribuir a conductas alimentarias negativas que, si no se controlan, pueden conducir a una alimentación desordenada. Aprende más sobre ello aquí. El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) puede contribuir al desarrollo de conductas alimentarias negativas o trastornos alimentarios. ¿Cuáles son los síntomas del TDAH? Las respuestas y mucho más en este artículo.
Se calcula que el 40% de los pacientes con este trastorno alimentario también padecen trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Cuando a Katy Weber, entrenadora de salud que trabaja con pacientes con trastorno por atracón, le diagnosticaron trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) a los 45 años, algunas de sus principales dificultades en la vida empezaron a encajar. Weber, que desarrolló el trastorno por atracón en la edad adulta, se dio cuenta rápidamente de que una parte significativa de sus problemas con la comida (como no reconocer las señales del hambre) estaban relacionados con el TDAH. "Tiene mucho sentido cuando empiezas a conectar los puntos", cuenta Weber.
Aunque todavía hay mucho que desconocemos sobre la conexión entre el TDAH y el trastorno por atracón, existe un alto grado de solapamiento entre ambas afecciones; se calcula que el 40% de los pacientes con trastorno por atracón también cumplen los criterios del TDAH. Como los diagnósticos de TDAH han aumentado en los últimos años, especialmente en mujeres adultas como Weber, muchas están empezando a darse cuenta de algunas de las formas en que su trastorno aumenta el riesgo de desarrollar otras comorbilidades.
TDAH y Trastornos Alimentarios: ¿Por Qué Afecta a Nuestro Apetito?
El TDAH puede manifestarse con diferentes síntomas y afectar a las personas de maneras impredecibles. Si bien la mayoría de estos síntomas son externos, como la hiperactividad, la impulsividad y la incapacidad de prestar atención durante períodos prolongados, también pueden presentarse síntomas internos específicos que causan problemas si no se controlan. Uno de estos síntomas internos es el efecto del TDAH en los patrones de alimentación y en la forma en que el cuerpo gestiona las señales de hambre.
Es cierto que nuestra relación con la comida puede ser complicada a veces, sobre todo cuando nos sentimos mal físicamente o estamos bajo algún tipo de estrés emocional. 😭 Pero, cuando se tiene TDAH, esta relación complicada puede darse en parte o totalmente debido a la propia afeccion.
Tener problemas en los hábitos alimentarios, después de todo, puede atribuirse a diferentes rasgos del TDAH, que analizaremos con más detalle en los próximos apartados. Algunas personas con TDAH también pueden tener una alta probabilidad de tener conductas alimentarias negativas. Cuando no se manejan bien, estas conductas negativas pueden llevar a una relación más complicada con la comida, conocida como Alimentación Desordenada.
Pero antes de llegar a los efectos extremos de tener TDAH y Comportamientos Alimentarios Desordenados, es mejor saber por qué tenemos unas papilas gustativas tan intrincadas. Y lo que es más importante, ¿cómo puede el TDAH afectar directamente a nuestros hábitos alimentarios?
Hiperfocalización y Desatención del Hambre
Cuando un cerebro con TDAH se concentra tanto en una tarea, puede ignorar fácilmente las señales de su cuerpo, como la necesidad de ir al baño, dar un paseo corto o hacer algunos estiramientos. A veces, incluso pueden ignorar el hambre 🤤 o su hora de comida programada.
El cerebro "hiperconcentrado" del TDAH puede hacer caso omiso de estas señales y seguir trabajando durante períodos prolongados sin tomarse un descanso. Las señales internas de nuestro cuerpo, como el rugido del estómago, pueden pasarse por alto fácilmente porque estamos profundamente concentrados en la tarea. Algunas personas con TDAH tienden a ignorar el hambre de productividad para terminar cualquier tarea en la que estén trabajando porque piensan que pueden olvidarse o perder la motivación si rompen la racha.
Ahora, escucha esto: cuando finalmente reconocemos la señal del cuerpo (hambre) después de desatenderla durante mucho tiempo, podríamos compensarlo comiendo en exceso. 🥗🍲🥘
Según los estudios, esta práctica puede ser menos beneficiosa para nuestra salud, ya que los adultos con TDAH tienden a desear alimentos con alto contenido en grasa o azúcar. Este tipo de alimentos pueden provocar sensación de somnolencia, 😴 dificultando la concentración y siendo contraproducente.
Estos casos pueden derivar en diferentes dolencias relacionadas con el estómago si se hace con regularidad o frecuencia. No sólo eso, sino que también puede afectar a nuestra nutrición en general. No comer a tiempo también puede hacer que nuestro cuerpo reaccione negativamente y desencadene enfermedades relacionadas con la digestión, como úlceras, hiperacidez, estreñimiento, etc.
¡Cómprame esa Comida!
Alguna vez te has deleitado con la presentación de algún alimento que te ha hecho desear inmediatamente probar el producto? 🤤 Los cerebros con TDAH pueden experimentar esto a menudo. Esto puede deberse a la impulsividad que puede hacernos comprar la comida porque la forma en que está presentada o envasada es atractiva o nos hace agua la boca. Aunque no tengamos hambre, es posible que lo compremos y nos lo comamos. Por lo tanto, la impulsividad de nuestro cerebro con TDAH puede llevarnos a elegir alimentos poco saludables, lo que puede afectar a nuestra salud y bienestar a largo plazo.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad a veces interfiere en la forma en que decidimos lo que queremos comer, especialmente cuando vemos algún anuncio en Internet de alguna comida deliciosamente preparada. En el momento en que vemos algo que parece delicioso, es posible que lo compremos inmediatamente sin pensarlo dos veces.
La Dopamina, la Comida y Nuestro Cerebro con TDAH
La dopamina es una "pastilla de la felicidad" que podemos encontrar en nuestro cerebro. Esta sustancia química es una de las responsables de que nos sintamos bien y motivados. Asimismo, es el neurotransmisor que libera nuestro cerebro cuando hacemos algo que nos gusta o conseguimos nuestros objetivos.
Pero, oiga esto: la dopamina también es uno de los principales neurotransmisores asociados a las personas con TDAH. Los informes dicen que los adultos con TDAH suelen tener niveles bajos de dopamina.
Ahora bien, ¿cuál es la relación entre la dopamina y los alimentos? Al parecer, hay algunas formas de "aumentar" nuestros niveles de dopamina, y estas formas podrían influir en nuestra ingesta de alimentos.
Por ejemplo, el ejercicio puede darnos una sensación de logro que puede desencadenar la liberación de dopamina. La cuestión es que el ejercicio puede hacernos sentir hambre o ansias de comer. Así que, la próxima vez que veas a alguien con TDAH haciendo ejercicio (con la esperanza de sentirse bien después), no te sorprendas si come mucho después de terminar su entrenamiento.
Aparte de esto, la comida parece tener una interacción directa con nuestra producción de dopamina. Cuando se nos antojan y comemos los alimentos que deseamos, tendemos a estar enérgicos y animados debido al golpe de dopamina que adquirimos al consumirlos. Además, comer algunos alimentos, como el chocolate negro, también puede desencadenar la liberación de dopamina.
Sin embargo, algunos alimentos contienen sustancias que pueden tener un efecto contrario en nuestros cerebros con TDAH. Este tipo de alimentos a veces pueden alterar nuestros niveles de dopamina y desencadenar sentimientos desagradables. Como resultado, podemos volvernos más hiperactivos, desconcentrados y dispersos cuando consumimos este tipo de alimentos. Ejemplos de este tipo de alimentos son los ricos en grasa y azúcar.
TDAH, Organización de Los Planes de Comidas y Comer a Horario
Uno de los síntomas que experimentan ampliamente algunas personas con TDAH es la dificultad para gestionar la función ejecutiva, que implica la gestión de la memoria, la organización y la gestión del tiempo, y otras habilidades cognitivas. Este síntoma les dificulta la creación de horarios y planes. 📝📅
Si unimos este síntoma del TDAH con la falta de memoria del TDAH, existe la posibilidad de que tener un plan de comidas no tenga éxito con un cerebro con TDAH. 😅
Ahora bien, hacer una lista de lo que comeremos en los próximos días ya puede ser todo un reto. Qué más si somos nosotros quienes las prepararemos y cocinaremos los alimentos?
Por eso, a algunas personas con TDAH les resulta más cómodo que otra persona planifique sus comidas. De este modo, pueden tener un plan de comidas ya organizado y preparado. Sólo tienen que seguir el plan de comidas y recalentar los alimentos.
Si esto no es una opción y tendemos a olvidarnos de comer en el horario adecuado, puede ser potencialmente perjudicial para nosotros.
Además de nuestra posible dificultad para preparar planes de comidas, también hay ocasiones en las que tenemos un reloj corporal desajustado que afecta a nuestros patrones de sueño y alimentación. ¿Te pasa que desayunas por la tarde o cenas a altas horas de la madrugada? Al igual que yo, es posible que también tengas comidas a intervalos irregulares porque tu reloj corporal está desajustado a veces.
Medicación para el TDAH
Otro factor relacionado con el TDAH que puede afectar a nuestros hábitos alimentarios es la medicación. Algunos medicamentos para el TDAH pueden hacernos comer mucho, mientras que otros pueden suprimir nuestro apetito. Ésta podría ser una de las razones por las que algunas personas con TDAH pierden peso mientras que otras lo ganan. Lo mejor sería que hablaras con tu médico sobre esto para que pueda ajustar adecuadamente tu medicación.
Muchos de los síntomas del TDAH pueden controlarse tomando medicamentos. Sin embargo, estos medicamentos pueden alterar nuestra dieta y nuestro apetito. Cuando el efecto de estos medicamentos desaparece, se pueden sentir los factores de riesgo de experimentar diferencias en nuestros comportamientos alimentarios. Incluso puede hacer que perdamos el autocontrol y comamos en exceso.
Tratar el TDAH y, al mismo tiempo, lidiar con nuestros males de apetito, puede ser un reto considerable. Lo mejor es hablar con tu experto en salud mental y dietista de confianza para tratar adecuadamente tanto el TDAH como la posibilidad de padecer un trastorno alimentario.
El TDAH y los Trastornos Alimenticios con la Ansiedad Social
Una cosa que puede ser cierta para nuestro tiempo en este momento es que tendemos a ser más conscientes de cómo nos vemos porque la sociedad puede dictar lo que es la norma y lo que no lo es. Es difícil encajar en lo que es "popular" y "normal".
Para algunas personas con TDAH, esto puede ser un desafío desalentador debido a la sensación posiblemente ya existente de no ser lo suficientemente buenos o de sentirse diferentes. Es posible que seamos tan conscientes de nuestro aspecto que esto afecte a nuestra forma de pensar.
Cuando la alimentación desordenada y nuestra percepción de lo que la sociedad piensa de nosotros se mezclan dentro de nuestro cerebro, el efecto puede ser bastante negativo para nosotros. Por lo general, los síntomas del trastorno alimentario comienzan con la forma en que nos vemos a nosotros mismos encajando dentro de las normas de la sociedad.
Hay muchas conductas alimentarias desordenadas que pueden experimentar algunas personas con El TDAH y los Trastornos Alimenticios. He aquí algunos de ellos y una definición rápida de cada uno:
Comer compulsivamente es ingerir una cantidad grande y excesiva de comida de una sola vez. Esto puede deberse al estrés o a estar disgustado.
La anorexia nerviosa es el miedo intenso a engordar (aunque se esté por debajo del peso normal), lo que lleva a restringir la ingesta de alimentos y a una posible obsesión por hacer ejercicio o dietas.
La bulimia nerviosa es el hábito de ingerir grandes cantidades de comida y luego vomitarla.
Es fundamental conocer estos temas para saber cómo controlar nuestros hábitos alimentarios y recordar que debemos consultar a un profesional si experimentamos algún comportamiento alimentario anormal.
Conclusión
El TDAH puede tener una participación directa e indirecta en nuestros hábitos alimentarios. Lo mejor sería estar constantemente atentos a los cambios en nuestra dieta y patrones alimentarios y mantener una comunicación abierta con nuestro médico o experto en salud mental de confianza. Los síntomas del TDAH deben controlarse bien para evitar que se produzcan más complicaciones, especialmente cuando se trata de nuestro comportamiento alimentario.
Los trastornos alimentarios son enfermedades graves que las personas con TDAH no deben tomarse a la ligera. Lo mejor sería contar con ayuda profesional en caso de padecerlos. Por último, es esencial ser conscientes de cómo nos vemos a nosotros mismos porque puede afectar a nuestros hábitos alimentarios. Sé que el TDAH puede afectar significativamente a nuestra autoestima, pero no dejemos que la percepción de la sociedad determine cómo nos vemos a nosotros mismos tanto como podamos.

El papel de la impulsividad
El trastorno por atracón, que se define como comer habitualmente grandes cantidades de comida en poco tiempo, se caracteriza por comportamientos fuera de control, incluyendo sentimientos de vergüenza o remordimiento.
Los pacientes con trastorno por atracón suelen decir que comen más allá de la sensación de saciedad, hasta el punto de que se convierte en una compulsión por seguir comiendo, a pesar del deseo de parar y a pesar de los intensos sentimientos de vergüenza o remordimiento. "Es más un problema de impulsividad", explica César Soutullo, psiquiatra de UTHealth Houston especializado en el tratamiento del TDAH. "Una vez que empiezas, no puedes parar".
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a las partes del cerebro que controlan las funciónes ejecutivas. Las personas con TDAH tienen dificultades para planificar, diferenciar las tareas de alta prioridad de las de baja prioridad, recalibrar planes debido a complicaciones de última hora y completar planes a largo plazo. Algunos de los síntomas del TDAH incluyen también una mayor propensión a las conductas adictivas.
Ambas afecciones se entrecruzan cuando los pacientes nacidos con TDAH desarrollan un trastorno por atracón más adelante en su vida, a menudo debido a una mezcla de factores genéticos y ambientales. La compleja conexión entre el trastorno por atracón y el TDAH se debe a varios factores comunes en los pacientes con TDAH, como las dificultades con la regulación emocional, la impulsividad y el procesamiento de recompensas.
Como sugieren varios estudios, también se cree que el vínculo entre estos trastornos está relacionado con la forma en que los cerebros de las personas con ambas afecciones procesan las recompensas.
Para las personas con TDAH, "nuestro centro de procesamiento de recompensas no procesa las recompensas como lo haría, por ejemplo, un oso normal", afirma Lentzsch Parcells, a quien le diagnosticaron TDAH a los 17 años. "Buscamos la recompensa de forma diferente, pero también respondemos a la recompensa de forma diferente".
Para las personas con TDAH, sus cerebros responden con menos intensidad a las recompensas, lo que significa que necesitan una recompensa mucho mayor para motivarse, en comparación con sus compañeros sin TDAH. En el caso de las personas con trastorno por atracón, los estudios sugieren que responden más intensamente a la recompensa de la comida que los demás.
Cuando la respuesta reducida a las recompensas en general que se observa en el TDAH se combina con una respuesta más intensa a la comida en particular, se puede crear una situación en la que la comida se convierte en una forma de automedicarse.
Dado que las personas con TDAH suelen estar poco estimuladas, lo que conduce a una baja motivación, comer puede convertirse en una de las pocas actividades que les resulte gratificante. "A corto plazo, funciona", dice Sarah Greenberg, psicoterapeuta de la organización Understood.org, que ofrece recursos para personas con diferencias de aprendizaje, como el TDAH. "Recibes ese golpe de dopamina, esa sensación de recompensa".
Para Weber, el vínculo entre ambos trastornos es complejo y está relacionado con una serie de problemas alimentarios que suelen afectar a las personas con TDAH. Por ejemplo, se olvidaba de comer hasta que se moría de hambre (lo que a menudo la llevaba a comer en exceso) y tenía dificultades para organizarse lo suficiente como para hacer tres comidas equilibradas al día. También tiende a oscilar entre dos extremos en la dieta: una dieta muy restrictiva o atracones descontrolados.
Weber también ha tenido siempre problemas para reconocer sus señales de hambre. Esto es habitual en muchos pacientes con TDAH, que afirman tener un menor sentido de la conciencia corporal. "Por eso el diagnóstico es tan profundo", reflexiona Weber. "Es una oportunidad para darnos cuenta de que hay un por qué [nos damos atracones]".
¿Cómo funciona el tratamiento?
Tratar a pacientes con múltiples trastornos puede resultar bastante complicado, ya que los médicos tienen que decidir qué trastorno debe tratarse primero. Puede ser un difícil ejercicio de equilibrio, ya que el orden en que se tratan las comorbilidades puede influir mucho en el éxito del tratamiento.
Por ejemplo, tratar el TDAH en un paciente con trastorno bipolar no tratado puede aumentar la gravedad de su trastorno bipolar, mientras que hay algunas pruebas que sugieren que tratar el TDAH al mismo tiempo que el trastorno por consumo de sustancias puede reducir las tasas de recaída. "Hay que tratar un trastorno sin empeorar el otro", dice David Goodman, psiquiatra de la Universidad John Hopkins (Estados Unidos), cuya investigación se centra en el TDAH.
Para los pacientes con TDAH y trastorno por atracón, esta cuestión es más sencilla que para la mayoría, ya que el único tratamiento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), un medicamento estimulante llamado Vyvanse, también funciona para el TDAH.
Otros estudios más pequeños sugieren que los medicamentos para el TDAH, como la atomoxetina (un fármaco no estimulante), o la forma de acción prolongada del metilfenidato (un medicamento estimulante), pueden ayudar a reducir la frecuencia y la intensidad de los episodios de atracones.
"Si se trata el TDAH, se reduce la frecuencia e intensidad de los atracones", afirma Soutullo. Pero encontrar el tratamiento y la dosis adecuados puede ser complicado. Muchos pacientes informan de un aumento de los episodios de atracones si se les administran las formas de acción corta de los medicamentos para el TDAH, ya que los efectos secundarios de la supresión del apetito pueden conducir a un patrón de olvido de la comida, seguido de una sobreingesta.
En la práctica, no siempre se reconoce la conexión entre ambos trastornos y la forma en que la presencia de ambos puede afectar al tratamiento. "Existen conceptos erróneos sobre el TDAH y sobre los trastornos alimentarios", afirma Lentzsch Parcells. "Cuando los juntas, es una población que está muy, muy desatendida". En el caso de Greenberg, que fue diagnosticada de TDAH a los 14 años y desarrolló un trastorno alimentario más tarde, la conexión entre ambos no se reconoció durante su tratamiento. "Estas afecciones se ven como entidades separadas", cuando en realidad, dice Greenberg, "hay solapamiento".
Muchos pacientes tienen dificultades con las estrategias conductuales
Para las terapias conductuales, tener TDAH puede complicar la recuperación del trastorno por atracón, ya que muchos pacientes luchan por mantenerse organizados y crear el entorno estructurado. "En términos de tratamientos conductuales, muy a menudo comienza con planes de comidas consistentes, y comer consistentemente", que es increíblemente difícil para las personas con TDAH, expresa Greenberg. "¿Qué ocurre cuando desaparece esa estructura?".
Como señala Greenberg, muchos de los tratamientos y estrategias que se ofrecen habitualmente para los trastornos alimentarios no están diseñados para pacientes con TDAH, que suelen tener problemas de organización, concentración y gestión del tiempo. Esto puede hacer que el proceso de recuperación sea mucho más difícil, especialmente como paciente de ambulatorio.
En los años transcurridos desde que Weber recibió el diagnóstico de TDAH, ha podido apreciar mejor el solapamiento entre ambos trastornos. También le ha dado una mayor empatía por los pacientes con los que trabaja, muchos de los cuales también tienen TDAH. Gracias a lo que ha aprendido, está empezando a reconocer patrones en sus pacientes, como dificultades para mantener una estructura, que también han dificultado su propia recuperación. "Todo vuelve a este diagnóstico de una forma tan profunda".
Preguntas:
¿Tener TDAH conlleva automáticamente trastornos alimentarios?
No, tener TDAH no conduce automáticamente a padecer trastornos alimentarios. Sin embargo, algunos síntomas del TDA/H pueden contribuir a conductas alimentarias negativas que, cuando no se manejan, pueden llevar a una alimentación desordenada.
¿Qué síntomas del TDA/H contribuyen a las conductas alimentarias negativas o a los trastornos alimentarios?
Varios rasgos del TDA/H pueden contribuir al desarrollo de conductas alimentarias negativas o trastornos alimentarios. Por ejemplo, ser olvidadizo y tener dificultades en las funciones ejecutivas puede llevar a desafíos en la planificación y preparación de las comidas. La impulsividad puede hacer que compremos alimentos sin pensarlo dos veces. Y unos niveles bajos de dopamina pueden desencadenar sentimientos desagradables que afecten a nuestros hábitos alimentarios.
¿Pueden los medicamentos para el TDAH afectar a la conducta alimentaria?
Sí, es posible. Por lo tanto, si cree que sus medicamentos influyen negativamente en su conducta alimentaria, póngase en contacto con un profesional sanitario.
"Como muchos de estos problemas, es multifactorial y también depende en cierto modo de la persona", dice Carolyn Lentzsch Parcells, pediatra de Texas especializada en el tratamiento de pacientes con TDAH y trastornos alimentarios. "Igual que cada persona con TDAH es diferente, cada persona con un trastorno alimentario es diferente".
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